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Trujillo en Línea. - Al reciente caso de contaminación con aguas servidas de los wachaques, totorales y la bahía de Huanchaco, se suma lo que ocurre en el mar de Buenos Aires, que hace más de 30 años recibe las aguas servidas del distrito de Víctor Larco, las mismas que sirven para el riego de cultivos que se siembran desde Buenos Aires hasta Huanchaquito.
El vertimiento de aguas residuales no tratadas debe generar la intervención inmediata de organismos relacionados con su atención, como la Oefa, Ana, Sunass, Digesa, Medio Ambiente, entre otros, sin esperar que ingresemos a una situación sanitaria crítica.
El tema fue abordado en una exposición de funcionarios de Sedalib ante el Concejo Municipal de Trujillo, por lo que el alcalde provincial Mario Reyna Rodríguez propuso que los regidores que integran comisiones relacionadas con la problemática fiscalicen y propongan alternativas de mitigación y remediación.
La falta de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) con capacidad para procesar y reutilizar los desagües y desechos contaminantes industriales de la población trujillana que bordea el millón trescientos mil habitantes, agrava el problema.
Según han informado los funcionarios de Sedalib las plantas de tratamiento ubicadas en Covicorti y El Cortijo hace tiempo han superado su capacidad operativa, por lo que hoy se arroja al mar aguas no tratadas que se dispersan en la orilla y en el mar de este sector, que es a todas luces no apto para uso de la población.
No toda el agua residual que se genera en Trujillo recibe tratamiento ni pasa por un tamiz de contención de residuos sólidos y se vierten al mar. Cerca del 70% de todas las aguas residuales que se generan en Trujillo, crudas y tratadas, van al mar de Buenos Aires: es decir con aceites, grasas, vísceras, plumas y residuos fecales, entre otros.
“Todos los vertidos crudos de Trujillo van al mar de Buenos Aires, hace más de 30 años, y la descarga se sigue incrementando. “Si no accionamos, esto será pronto un grave problema”, dijo el alcalde Mario Reyna, exhortando la participación de los entes correspondientes.
Estas aguas residuales se descargan a orilla del litoral en Buenos Aires, a diez minutos de Trujillo, y continúan afectando la calidad microbiológica y bacteriológica de la bahía. Eso implica que los bañistas de las playas de Buenos Aires, Huanchaquito y Huanchaco, se bañan en aguas contaminadas, pues estas se desplazan de sur a norte, lo cual es un problema grave de salud pública.
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